"Prisoner of Ice" es la continuación del juego de Infogrames "Shadow of The Comet". La historia, adaptada de un relato de H.P. Lovecraft, cuenta las peripecias de un agente secreto americano que investiga la apropiación por parte de los nacis de unas cajas que contienen poderes "sobrenaturales".

Realizada exclusivamente para CD, esta aventura cuenta con una impresionante realización: gráficos en alta resolución (aún así se puede jugar en modo VGA si se desea) basados en dibujos realizados a mano; animaciones altamente realistas capturadas de personas reales; banda sonora espectacular; … El interfaz cuenta con un único cursor "inteligente" y es realmente fácil de usar. Además, el juego está totalmente adaptado al castellano.

Con todas estas características puede parecer que "Prisoner of Ice" es una aventura que araña los límites de la perfección, pero, lamentablemente, esto no es así. Y ello se debe a tres defectos que tiene el juego, uno de ellos bastante grave. Primero, el juego es extremadamente lineal, no dejando ningún margen de maniobra al jugador. Segundo, el doblaje de las voces al castellano, y aunque hay que agradecer el esfuerzo, es de una calidad tan baja que hubiese sido preferible que no se hubiera hecho. Estos dos defectos pueden parecer no muy importantes. Al fin y al cabo la mayoría de las aventuras de hoy en día son bastante lineales, y si el doblaje del juego no nos gusta basta con desactivarlo y jugar en modo texto como siempre habíamos hecho. La verdadera piedra de toke de este título es que los autores del juego, pese a tener una buena historia, no han sabido contarla. El argumento llega a hacerse realmente confuso en algunos momentos, lo cual resulta ser un grave inconveniente dado que se trata de una trama bastante compleja.

Pese a estos defectos, "Prisoner of Ice" no deja de ser una aventura sobresalientemente realizada y harto entretenida.

Principal virtud:

Excelente realización.

Principal defecto:

No han sabido contar la historia.

La Pista:

Sobre la mesa del doctor en el hospital hay una aguja bastante difícil de ver.

Comentario cortesía de: Raúl Alvarez García.